Actualizado el jueves, 27 mayo, 2021
Elegir la iluminación del hogar no es tarea sencilla. Hay varios puntos muy importantes que tener en cuenta. Uno de ellos es cómo usar la iluminación cálida o fría para cada estancia en función del uso que le demos a la misma y el efecto que queramos crear. Dedica unos pocos minutos a leer este artículo y terminarás siendo un experto/a en darle vida propia a tus espacios a través de la luz.
¿Eres uno de los afortunados?
Si tienes la suerte de contar con bastante luz natural, aprovéchala al máximo. No solo por el ahorro. Especialmente por sus beneficios para la salud. Y, si quieres otro aliciente, tendrás más opciones para plantar si te gusta la jardinería. Ten esto muy presente si te vas a comprar un piso próximamente.
Sea la respuesta afirmativa o negativa, conocer la mejor manera de iluminar tu casa es una gran ventaja ya que el sol no está disponible todo el tiempo que quisiéramos.
Lo principal es determinar en cada una de las estancias, cuáles son los lugares que requieren iluminación, bien porque la luz natural no llegue, o bien porque vayan a usarse durante la noche.
¿Cálida o fría?
La iluminación fría, así como la cálida, son capaces de crear distintos efectos y cubrir necesidades específicas.
Generalmente utilizamos la iluminación cálida para el hogar en aquellas estancias de descanso, donde se busca un ambiente relajante y distendido: salas de estar, recibidores, habitaciones, comedores, terrazas, etc.
Por el contrario, la iluminación fría es más bien utilizada en las zonas que no reciben luz natural directa o las más activas de la casa: la cocina es un buen ejemplo.
Combinación de luces
En el baño se combinan cada vez más dos tipos de iluminación cálida. Una intensa que nos permite ver mejor, y una más tenue que nos ayudará a disfrutar de un baño o ducha más relajantes.
Es interesante conocer que podemos tener una combinación de sistema de iluminación frío para las horas de sol y otro de luz cálida para los momentos más deseados del día: los de desconexión. Solo debes indicárselo a tu experto en reformas para que lo tenga presente en la instalación eléctrica.
Queda patente que el hecho de usar un tipo de luz u otra, se extiende mucho más allá de las recomendaciones profesionales. Podemos utilizar este elemento de forma totalmente personalizada.
Una estancia: dos posibilidades y sin tener de desechar ninguna
Cuál es el uso que le vamos a dar a la estancia y qué efecto queremos conseguir. Estas son las dos primeras cosas que debemos tener en mente.
Una oficina puede ser propuesta de muchas maneras: si trabajamos, la luz fría compensa el dinamismo de nuestras tareas profesionales y ofrece espacios neutros donde realizar entrevistas o reuniones.
Por el contrario, si estudiamos, la luz cálida nos permitirá concentrarnos mejor al disponer un ambiente calmado, recogido, confortable y cómodo.
Para las zonas de actividad donde no hay luz natural, vas a necesitar contar con un sistema de luz frío. Un ejemplo claro son los edificios públicos. Por otra parte, si buscas un ambiente donde recogerte, no te olvides de la iluminación para el hogar cálida.
Recuerda, igualmente, que puedes instalar ambos sistemas de iluminación en la misma estancia para usarlos en función del momento del día o del ambiente que quieras crear y combinarlos a tu gusto para que el ambiente resultante sea totalmente personalizado. La única regla es apostar por bombillas de bajo consumo.