Hoy en día, mantener identidades diferenciadas en Barcelona es tan difícil, la Vila de Gràcia mantiene un talante propio, su densa red de entidades, su particular urbanismo, la Fiesta Mayor… Todo esto le da un carácter especial, y con este proyecto OAK hace una reinterpretación de este espíritu de Gracia.
El proyecto inició de la voluntad de recrear tres viviendas unifamiliares idénticos, pero con un sentido arquitectónico diferenciado entre ellos, en cuanto al interior. En pleno casco antiguo de la Vila de Gràcia, en Barcelona, nos encontramos con una vivienda de planta baja, en esquina entre las calles de Verdi y Robí, en desuso, y en un estado ruinoso, que pedía urgentemente una rehabilitación. El reto era enfrentarse a unos límites muy acotados y resolverlos de la mejor manera posible, dotando a cada vivienda, independiente, de las condiciones de habitabilidad y confort adecuadas.
La obra comenzó con el derribo de la construcción existente y la adecuación del solar. Cimentaciones, mediciones, maquinaria pesada, replanteixos, hormigón y acero, estructuras, personal propio, visitas de coordinación y seguimiento, material de aislamiento, cerámicas, maderas, detalles, mobiliario, etc … Se fueron coordinando durante 15 meses para alcanzar el objetivo que reflejaba el proyecto de ejecución.
El conjunto, el edificio, adopta la forma geométrica de un prisma de 30x10x5 metros. Las tres viviendas organizan su interior en una planta baja con un baño y un espacio abierto en el que interactúan la cocina, la sala de estar y el comedor; una primera planta en el que hay un baño y dos habitaciones; y una planta azotea, en el que se comunican las tres entidades. Cada vivienda dispone de acceso independiente desde la calle Robí y equipamientos completos de calefacción, climatización e instalación solar térmica. En cuanto a los acabados interiores se han utilizado cerámicas, maderas, aluminios, aceros, mosaicos hidráulicos, vidrios y pinturas ecológicas, con diseños muy cálidos y confortables, según criterio de la Propiedad y la Dirección de Obra.
El exterior con una simplificación radical, tanto en la composición como en el color, con un estilo regular y reductor, avanza hacia un lenguaje que recuerda notablemente a Piet Mondrian ya una arquitectura racionalista, con material cerámico y resinas sintéticas tratadas. Con la mejor coordinación posible, materiales nobles y de calidad, un coste de ejecución reducido e infinidad de anécdotas en el transcurso de los trabajos, se hace entrega de la obra a finales de Mayo.